jueves, 11 de diciembre de 2008

EL TEMPLO DEL PILAR EN ZARAGOZA


EL TEMPLO DEL PILAR EN ZARAGOZA


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(El presente artículo está inscrito en el Registro de Propiedad Intelectual bajo el título genérico de "AL COMPAS DE LA ILUSION, VOL. I")
Fotografia: Ramón Marzal García


            En Diciembre de 1972, The Blue Army of our Lady of Fátima, de Washington, me solicitó un reportaje en el que incluyese fotografías del Santuario del Pilar, para la publicación en su revista. El reportaje debía cubrir los actos que con motivo del año Mariano Internacional se celebraba hasta el año siguiente, y en el transcurso del cual, sus fieles tenían previsto venir en peregrinación.

             El artículo que sigue, fue escrito hace más de 30 años y conforme la mentalidad religiosa de la época. Detalla la historia del templo, la relación de la devoción Mariana con la Ciudad de Zaragoza y los actos del Año Mariano Internacional. En su clausura, en Octubre de 1973, fue publicado integro en la edición en castellano de su revista.

             La peregrinación de sus fieles hizo su entrada en el Basílica del Pilar el día 9 de julio del mismo año.

             Por tratarse de un texto escrito para un público católico, pero no muy enterado de nuestras costumbres y de nuestra historia, fue preciso citar algunos datos y colocar notas al píe de página del citado artículo, para aclararles ciertos conceptos que hoy serían obvios para un lector español.

EL TEMPLO DEL PILAR EN ZARAGOZA,

PRIMER SANTUARIO MARIANO


SUCINTA HISTORIA DEL TEMPLO.

          Tras la ascensión del Maestro, los apóstoles se dispersaron por todo el mundo entonces conocido, y Santiago, después de evangelizar Judea y Samaria, llegó hasta España.

Es piadosa tradición secular que en la noche del 2 de enero del año 40 de nuestra Era, cuando estaba Santiago orando con sus discípulos, a orillas del rió Ebro en la romana ciudad de Cesaraugusta, hoy Zaragoza, quizá un poco descorazonado por el poco fruto de sus predicaciones, se le apareció María, la Madre del Maestro, cuando aún vivía en la tierra. Era portadora de una columna de jaspe color pardo la cual ha conservado el nombre de “Pilar” que se le dio desde la antigüedad.

Tenía la columna un diámetro de 24 cm. Y una altura de 1,772 m y entregándola a Santiago le ordenó levantara allí mismo un templo en honor Dios y colocara allí la columna y le aseguró que nunca faltaría la fe en aquella tierra. Y es tradición que Santiago en aquel mismo lugar, con ayuda de sus discípulos, construyó una capilla dedicada a la Virgen, y que este templo fue el primero elevado en el mundo en honor de la Madre de Dios. A esta primera iglesia se le llamó Santa Maria de Extramuros. En el año 318, sus reducidas dimensiones fueron ampliadas, y posteriormente convertida en una capilla de estilo románico.

No podía pedirse más fe en aquellos cristianos mozárabes[1] de Saracosta[2] cuando en el año 712, y durante los cuatro siglos que permaneció la dominación árabe en Saracosta, tuvieron que pagar grandes tributos a cambio de conservar el culto en la Santa Capilla, hasta que en el año 1.118, Alfonso I, el Batallador tomó la ciudad a los árabes.

Transcurre el año 1434, un voraz incendio se declara en la capilla románica. Cuando el fuego es dominado, la ciudad puede comprobar con dolor que se ha perdido absolutamente todo, pero entre las cenizas es hallada milagrosamente intacta la columna y la imagen de la Virgen tallada en estilo gótico de 38 cm de altura, que todavía conservaba sus vestiduras doradas y su rostro y sus manos coloreadas, sosteniendo al Niño que porta en su mano una paloma.

Pero los zaragozanos no pueden estar sin su Pilar, y rápidamente lo reconstruyen, si bien en el año 1.515, a instancia del Arzobispo de Zaragoza, Don Hernando de Aragón, el hijo del Rey Católico, bajo cuyo reinado Colón descubrió América, se construyó un templo gótico de una sola nave, que durante 200 años fue el centro de la vida espiritual de Zaragoza.

A finales del siglo XVI, el rey de España, Carlos II, último rey de la dinastía de los Austria, encargó los planos de un nuevo templo al arquitecto Francisco Herrera que los proyectó de planta rectangular, de tres naves y capillas entre los contrafuertes, con 4 torres en sus ángulos y cuya primera parte quedó finalizada en el año 1.718. Pero fue Ventura Rodríguez, el mejor arquitecto de la época, quien dio la verdadera fisonomía al templo, añadiendo al proyecto 11 cúpulas a sus 4 torres, e instaló una capilla dentro del mismo templo, la cual hoy alberga la Santa Columna. Las obras finalizaron en 1.766.

En todas las construcciones, la columna que según la tradición fue entregada al apóstol Santiago, permaneció justamente en su emplazamiento original, por lo que en la actual Basílica no ocupa el centro del Templo ya que al construirlo, según viejos archivos consultados, se apreció la falta de espacio por la proximidad del rió Ebro.

El día 10 de octubre de 1872, el Cardenal Arzobispo de Santiago de Compostela Monseñor Miguel García Cuesta consagraba la Basílica del Pilar. ¡El templo estaba totalmente construido!, si bien las dos últimas torres, en la fachada que da al rió Ebro, se levantaron posteriormente en el año 1956.

Entrando a la basílica por la llamada puerta baja, la más usada por los fieles de las cuatro que tiene y tras atravesar la nave de la Epístola nos encontramos en la Santa Capilla. Ventura Rodríguez, la proyectó sobre planta elíptica y cuya bóveda en sostenida por columnas corintias. El frente lo ocupa un retablo, obra del escultor Ramírez y representa la Venida de la Virgen indicando a Santiago y a sus discípulos, que ocupan el pequeño altar de la izquierda, el lugar donde quería que se colocase la columna. En el sitio elegido y a la derecha de este retablo esta situado el Camarín de la Virgen, donde se encuentra la columna recubierta de una funda de bronce y otra de plata, a excepción del sitio que da al trasaltar que es por donde la veneran los fieles.

SU RELACION CON LOS ZARAGOZANOS

           Hoy, el Pilar de la Virgen es el principio y fin de la vida cotidiana de los zaragozanos y la Basílica del Pilar, a decir del Cardenal Enrique y Tarancón, en su homilía de apertura del Año del Pilar, es para los zaragozanos su propia casa. Es la casa de la Madre.

He oído a familias enteras que van a despedirse la Virgen antes de emprender un largo viaje, como si de un ser querido se tratase. Y ciertamente así es. Y he visto a esas familias de regreso al hogar hacer su primera visita al Templo del Pilar. He visto a la multitud apiñada en torno a la Columna, en los momentos de pública calamidad. He visto a personas de todas las edades, sexo y condición social llenar la Santa Capilla y, postrarse en día de Viernes Santo a las 3 en punto de la tarde, acompañando a María en su soledad. El Templo se encuentra totalmente en tinieblas, hasta los cirios se han apagado y únicamente está iluminado por la luz que entra por las altas y circulares vidrieras. Todo permanece en silencio cuando en el reloj de la Sacristía de La Virgen suenan las 3 de la tarde, momentos después vuelven a repetirse, y lentamente y en silencio, los fieles van saliendo del templo hasta quedar éste completamente vacío. Los zaragozanos han estado una vez vas en su anual cita con la soledad de María.

He visto en las madrugadas de invierno, cuando ni siquiera se ven los primeros resplandores de amanecer y la helada ventisca del norte, se deja sentir, acudir a la primera misa llamada de Infantes de las 5 de la madrugada.

He oído musitar plegarias y “Ave Marías” en labios de los zaragozanos durante el lento transcurrir por las calles de Zaragoza de los “Rosarios de la Aurora”[3] y los cánticos de “... Virgen Santa, Madre mía, luz hermosa, claro día, que la tierra aragonesa, te dignaste visitar...” se confunden con el voltear de campanas y el batir de alas de centenares palomas que han buscado cobijo en los aleros y hornacinas del templo.

He observado como al amanecer en los paseos y jardines, miles y miles de pájaros levantan el vuelo y surcan el cielo, siempre en la misma dirección ¡El Pilar! ¿Podría ser acaso la proximidad del río lo que les lleva hacia allí? Podría.

He visto cubrir lechos de moribundos con los mantos viajeros de la Virgen, esos mantos que rodean su columna y que han dado a la imagen su característica fisonomía. Durante toda la vida los hijos visitaron a la Madre, y en los postreros momentos la Madre está con sus hijos.

He visto a las novias cubiertas todavía de boda depositar a los pies de la Imagen sus ramos de desposadas.

He visto millares de personas apiñadas en la Plaza de la Catedrales, junto a la Basílica, en aquella clausura del II Congreso Mariano Nacional de 1954 en el que S.S. Pío XII en su radiomensaje decía desde el Vaticano. “... y tu ¡Oh, Zaragoza! serás grande sobre todo por esa columna...”

He visto fieles con ojos anegados por el llanto encender con trémulas manos cirios que luego tienen que sostener aunque sólo sea para que luzcan unos minutos, pues no hay sitio en los candelabros. Hoy estos han desaparecido y en su lugar delante de la Virgen hay una hilera de candeleros, pero el humo de millares de cirios encendidos que durante años han lucido, ha llegado a ennegrecer la bóveda de la Angélica Capilla. Se impone una restauración.

He visto millares de niños subir las gradas el Camerino de la Virgen para besar el manto, acompañados de esos monaguillos a quien el apelativo cariñoso de los zaragozanos les llama “infanticos”. Suben los escalones siempre de cara a la Virgen a quien en ninguna época del año le han de faltar flores.

He visto filas interminables de files en el trasaltar de la Santa Capilla, por donde asoma una pequeña parte de la Santa Columna, besar con devoción, mas bien diría con unción, la reliquia. Y a tal punto, que en el sitio que se halla al descubierto le falta un trozo de unos 3 cm. de espesor. ¿Dónde ha ido a parar? Yo os lo diré. Millares y millares de besos lo robaron con su roce. Millares y millares de zaragozanos lo llevan en sus labios como algo que por derechos les pertenece.

ANTECEDENTES DEL AÑO MARIANO INTERNACIONAL

El día 1 de abril de 1972, el Arzobispo de Zaragoza. Monseñor D. Pedro Cantero Cuadrado publicaba una pastoral en la que decía “... teniendo en cuenta las santas tradiciones de nuestros mayores me ha parecido necesario en la hora actual de la Iglesia, convocar de nuevo a los hijos para que se acerquen y unan en torno a la Madre de Dios. Renueven su fe, su esperanza y su amor junto al Pilar de la Virgen”. S.S. Pablo VI el 1 de mayo de año anterior se había dirigido a los directores de los Santuarios Marianos para que exhortasen la práctica de la piedad a la Virgen. Tres meses más tarde en agosto de 1971, se celebraba en Zagreb, La capital de Croacia en Yugoslavia y en el Santuario de Marija Bistrica el VI Congreso internacional de Marianologia y el XIII Congreso Mariano

AÑO MARIANO EN ZARAGOZA

          El 10 de Octubre de 1972 coincidiendo con el centenario de la consagración del Templo del Pilar, da comienzo en Zaragoza el “Año del Pilar”. A la Misa solemne de inauguración de este Jubileo Mariano, oficiada por el Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Enrique y Tarancón, asiste el Episcopado español. Rebosan de fieles las naves que hace 100 años fueron abiertas al público. La Imagen de la Virgen, radiante, luce la gran corona y viste el rico manto de Filipinas. Mientras la coral interpreta las austeras notas, aunque no exentas de ternura, de la Misa Pontifical de Lorenzo Perosi.

Aquel mismo día, llega a Zaragoza la peregrinación de imágenes de los Santuarios de Aragón y unas semanas más tarde, comienza el Congreso de estudios marianos y la semana Bíblica. Durante los meses siguientes, la ciudad de Zaragoza es testigo de constantes peregrinaciones que llegan de toda España y de muchos lugares del mundo, a las que se unen, durante el mes de julio, los fieles norteamericanos de The Blue Army of our Lady of Fátima, desde Washington. Porque la Virgen del Pilar en cada pueblo de España tiene un altar; en cada altar, miles de corazones que le aman, miles de voces que la proclaman, miles de españoles que la veneran y miles de hijos que le cantan. Y en todo el mundo desde Astrakán, hasta el río Azul en China, pasando por Filipinas y Japón, miles de católicos que le rinden diario homenaje.

Cuando el 19 de Octubre de 1973 se clausura el Año Mariano, la Virgen del Pilar recibe el ardiente homenaje de esta España, cien por cien mariana, que con la luz de la fe recibió hace cerca de dos milenios años el tesoro de la devoción de la que es Patrona de España y Reina de la Hispanidad. Pues América y España están unidas en este Pilar. Hoy, delante de la Santa Capilla, como haciendo guardia de honor están las banderas multicolores de todas las naciones hispanoamericanas que en 1908 con ocasión del centenario de los Sitios de Zaragoza[4], fueron ofrecidas por las autoridades diplomáticas de sus respectivos países.

         Y en tanto, Zaragoza sigue recibiendo el constante mensaje de fe, y la Virgen del Pilar el popular homenaje de este pueblo que la aclama y la bendice, pues no sin razón sabe que su favor jamás le ha de faltar, y ahora y siempre, su devoción ha impulsado sus obras, alienta su alma, enciente su mente y fortalece su corazón hasta que un día como a decir del poeta,

“...le arrastre y le arrebate a las alturas

con Ella, junto al Trono del Señor”

Desde Zaragoza, la Ciudad del Pilar, para

The Blue Army of our Lady of Fátima.

Ramón Marzal García


[1] Mozarabe.- Nombre dado a los cristianos que conservaron su religion durante el dominio arabe en España

[2] Saracosta.- Nombre de la Ciudad de Zaragoza, durante la dominación árabe

[3] Rosarios de la Aurora – Desfiles que en la madrugada del dia 12 de Octubre salen de diversas iglesias de Zaragoza, rezando el rosario con destino al Templo del Pilar.

[4] Sitios de Zaragoza – Cerco efectuado en 1808 por las tropas francesas de Napoleón, a la ciudad de Zaragoza, y en la que la Ciudad, por su valentía, se ganó uno de los 6 títulos que ostenta, el de “Inmortal”



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